Las personas tienen como un depósito en su interior, como una gran bolsa donde guardamos las cosas malas para dejarlas pasar, las acumulamos ahí y las soltamos con otras personas que nos escuchan y comprenden, las personas somos así de eficientes, pero ahí veces en las que acumulas cosas malas, que te molestan y que no tienes con quien desahogarte y ahí siguen acumulandose, llenando la bolsa y haciéndote sentir mal poco a poco, te acuerdas de que están ahí, te acuerdas del que me dijo, te acuerdas del que pasó y te amarga, quieras o no te amarga, porque solo es basura dentro de ti que se pudre y es desagradable en todos los sentidos, entonces como no quieres acumular mas cosas malas, intentas hacer bien las cosas y dejar pasar las otras pero aún así te echan en cara haber hecho las cosas bien, te acusan y te sientes mal, por no haber sido egoísta y por pensar que a lo mejor podrías ayudar y en ese momentos dice ¡pero loco, si lo hice todo bien! y llega el apestoso momento que a nadie le gusta vivir con su bolsa de basura, llega la explosión, llega el momento en el que estallas y dices todo lo que piensas y lo que sientes, ese momento donde más que una conversación parece un monólogo y que cuando acabas, te salen las lágrimas sin querer, pero al fin y al cabo dices, tenía que hacerlo, eso me estaba pudriendo.
Y no se, a lo mejor lo comprendió, a lo mejor no, pero lo sabe, se lo dije y con eso ya me basta para tener la tranquilidad de que la culpa no es mía, que yo no soy defectuosa, aunque tenga defectos.
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