Me senté en mi cama, justo en el lugar perfecto desde el cual podía ver el cielo por una esquinita de mi ventana, y allí sentada empezó mi ratito, ese ratito que durante los ultimos meses de había convertido en rutina, mi ratito de soledad, mi ratito de pensar en ti. Minutos y minutos agolpados en el silencio de la noche donde me concentro en recordar buenos momentos junto a ti, buenos, que digo, ¡los mejores!, y así los minutos pasan a ser horas y me dejo dormir con la única imagen en mi mente que en estos tiempos de batalla me permite dormir, la de tu cara, tu sonrisa, aún durmiendo tengo la sensación de que estas a mi lado y me acaricias, pero mi sueño termina y me levanto agotada de nuevo para afrontar mi rutina, deseando durante el resto del dia que vuelva a caer la noche y poder volver justo a ese lugar perfecto donde cada recuerdo sabe a ti.